Segunda parte de la entrevista públicada ayer por el périodico El Mundo. Ver la primera parte aquí
Pregunta.- ¿Le parece el islam una religión pacífica?
Respuesta.- El islam, el cristianismo y el judaísmo son muy similares. He estudiado el Corán, el Antiguo y el Nuevo Testamento durante años y son muy parecidos. Por ejemplo, las mujeres están sometidas y en una posición de inferioridad en las tres religiones.
P.- Pero sólo el islam se ha desarrollado de tal manera que Estado y religión siguen siendo inseparables en la mayoría de los países que lo practican.
R.- En Europa, a partir de la Revolución Industrial, las mujeres dieron la batalla, trabajaron, entraron en el mundo capitalista y cambiaron las reglas. Por ejemplo, en el cristianismo la virginidad es muy importante -algo que no existe en el islam-, sin embargo, ahora ya no es un valor ni siquiera para la mayoría de sus fieles. Se ha perdido, en paralelo al desarrollo político-económico. En cambio, aunque ni siquiera está en nuestra religión, la virginidad es más importante en los países musulmanes. Tampoco están en el islam la circuncisión femenina o el velo. Éste empezó siendo un símbolo para el judaísmo, pero se acabó imponiendo en el mundo musulman; algo similar ocurrió con la cirsunsición, que, en realidad, se da en pocos países musulmanes. Es injusto, porque parece que el islam es la única religión que pone velo a las mujeres, la única que va contra la paz, la única contraria a la democracia. Y, sin embargo, todas las religiones están en contra de la democracia, todas incluyen la lucha contra el infiel, incluso el cristianismo y el judaísmo son peores que el islam. No se puede olvidar que los países árabes fueron colonizados y su desarrollo político económico fue frenado. El islam no es el problema, igual que tampoco lo era el cristianismo. Es sólo una cuestión de desarrollo. La religión es esclava del sistema político. El sistema político cambia la religión. El poder cambia la religión.
P.- ¿Y cree que se logrará separar la religión del Estado? Supongo que, pese a sus dificultades, el mejor ejemplo de ello es Turquía...
R.- Turquía lo intenta. Egipto, supuestamente, es un sistema secular, no como Arabia Saudí o Irán. Los Hermandos Musulmanes, los extremistas, han recibido ánimos desde Occidente. Para mí, Bin Laden y George Bush son hermanos gemelos. Despuéss de todo, sus familias hacían negocios. Bush padre colaboró con Sadam y después lo convirtió en su peor enemigo. No hay moral en la política, es un juego sucio, capaz de utilizar la religión y casi todo. Todo el mundo sabe eso, pero nadie puede pararlo. Nadie paró a Bush contra Irak. Millones de personas se manifestaron, pero no sirvió de nada, porque él tenía el poder nuclear.
P.- Dice que la política es sucia, pero usted fue candidata...
R.- No soy política, pero centenares de jóvenes vinieron a mí en El Cairo y me dijeron: "No basta con escribir, tienes que ser activa políticamente contra este régimen".
Las mujeres están explotadas en todo el mundo y por cualquier religión, incluso en la Europa más avanzada, donde es significativo que en países como Bélgica utilicen el apellido del marido y pierdan el de la madre. Mi hija tuvo que ir a un tribunal para conservar el suyo y ganó el juicio. Pero la opresión en los países musulmanes es más visible, aunque se debe a motivos político-económicos, no al islam. Por lo que se refiere a las Escrituras, el islam es el más progresista, al menos en teoría, por ejemplo en relación a las mujeres.
P.- ¿Entonces el problema es sólo cómo se ha interpretado?
R.- Sí, por eso queda ahora mucho trabajo por delante para levantar el velo de las mentes. Y se puede conseguir con la ayuda de los medios de comunicación y a través de la educación, mi prioridad en el programa electoral cuando me presenté a las elecciones.
P.- Usted ha escrito mucho sobre la mutilación femenina...
R.- Lucho tanto contra la circunsición masculina como la femenina. Como médico, puedo decir que cortar cualquier parte de un bebé va contra la salud.
P.- ¿Qué efecto psicológico tiene?
R.- El sistema patriarcal esclavista estaba basado en el desprecio y la opresión de la sexualidad de las mujeres y los esclavos, porque el sexo también es poder. El estar privado de tu energía sexual afecta al cerebro, porque el cerebro y el cuerpo son uno, y esto afecta al espíritu, ya que no podemos separar entre el cuerpo, el espíritu y la mente. La mutilación sexual también es cerebral.
P.- La imagen de las musulmanas parece contradictoria: o llevan velo, o, a veces incluso debajo, mucho maquillaje y minifalda.
R.- Es una paradoja que se ve claramente en El Cairo, donde pasamos por la islamización y la americanización. Puedes ver el efecto en el cuerpo de las mujeres. Algunas mujeres jóvenes se tapan la cabeza mientra llevan vaqueros bajos y el abdomen al aire, de acuerdo con la moda. El velo es un símbolo político, no tiene nada que ver con la religión. O es la moda. Vivimos una paradoja. Cuanto tienes explotación, hay paradojas.
P.- ¿Es una lucha por su identidad?
R.- Las mujeres nunca paran de luchar para encontrar su libertad, no su identidad. Estoy en contra de la política de identidad. Soy muy crítica y no me gusta el lenguaje neocolonial. Allí donde vas te preguntan: ¿quién eres tú?, ¿eres musulman?, ¿eres cristiano?, ¿eres egipcio?, ¿eres sudanés? Se divide a la gente por su identidad. Hay que ir más allá de nuestra religión, más alla de nuestro género. En mi asociación de mujeres árabes tenemos un 40% de hombres.
P.- ¿Por qué los inmigrantes musulmanes en Occidente se han vuelto más conservadores? Las hijas de las mujeres más progresistas ahora se cubren la cabeza.
R.- Porque fueron maltratados aquí, porque las leyes de la inmigración están retrocediendo. Cuando los inmigrantes se sienten oprimidos, buscan refugio en la religión. En Estados Unidos, quieren cambiar la ley y echarlos, y Europa también está cerrando sus puertas. Si estuvieran relajados y cómodos no hablarían de identidad. Cuando se sienten amenazados, se ponen a hablar de su identidad y de Dios.
P.- ¿Se sorprende de que ciudadanos británicos de origen árabe, en apariencia bien integrados, acaben cometiendo atentados?
R.- Los políticos hablan de integración, de asimilación. ¿Por qué no dejan a los inmigrantes ser libres? Hablan de multiculturalismo, pero, en realidad, están forzando a la gente. No quieren que los inmigrantes sean libres. Y la reacción es el encierro en sí mismos y el refugio en la identidad o en Dios. Los inmigrantes son víctimas.
P.- No es la primera vez que se va de su país a Estados Unidos por motivos políticos. ¿Se siente en el exílio?
R.- No. Voy a volver a Egipto, allí está mi gente, mi familia, mis libros, mi lengua...
Yo escribo sólo en árabe. Ahí es donde está mi lucha, así que volveré pronto a mi país. Puedes luchar fuera de tu patria, puedes hacerlo en cualquier parte, porque la lucha es global y local. Con frecuencia, se usa la palabra glocal. La lucha es glocal, pero yo prefiero trabajar localmente, desde mi propio pueblo.
P.- ¿Qué opina de la prohibición del velo en Francia, Bélgica u Holanda?
R.- Estoy en contra de todos los tipos de velos, especialmente del de las mentes. Y estoy en contra de la desnudez, porque la desnudez y el velo son dos caras de la misma moneda. Las mujeres que van desnudas mandan un mensaje: nuestros cuerpos pueden ser expuestos en el mercado. Cuando llevan velo, también están expuestas...Pero estoy en contra de prohibir cualquier cosa. Se necesita educación, no leyes que nunca funcionarán; prohibir algo es incitar a ello. Cuando la gente es consciente de qué significa ese velo, entonces deja de llevarlo. No hay sólo "velos" religiosos. Por ejemplo, el velo posmoderno es el maquillaje, porque oculta los rasgos. Tampoco me gusta la inconsciencia de la desnudez. En EEUU, cuando veo a algunas de mis estudiantes medio desnudas, sobre todo en verano, les digo: "No estáis liberadas, sois objetos sexuales"